Rápida y efectiva
Suelo leer dos libros al mismo tiempo, pero no acostumbro a que estos sean del mismo género. ¿Por qué? Un poco por una de mis manías literarias, otro poco porque me gusta embarcarme en géneros diametralmente opuestos y mucho porque me aburro. Pese a esto, dediqué las últimas tres semanas a leer dos novelas de suspenso, una de tipo thriller psicológico y la otra el clásico suspenso que oculta verdades reveladas que podrían cambiar el destino de la humanidad. Me refiero a El profesor, de John Katzenbach, por un lado y a La cena secreta, de Javier Sierra por el otro.
Es cierto que ni el tema, ni la época, ni la trama son similares, pero coinciden en el suspenso y la intriga página a página, que nos atrapa del principio al final. Pero también coinciden en que ambas historias son un poco más de lo mismo y que literariamente son un poco pobres. Digo literariamente; se nota el trabajo de investigación en ambos autores (sobre todo en el español Sierra). En este caso, página a página vamos viviendo en carne propia los avatares de la Edad Media, aspectos de la vida del gran Leonardo Da Vinci, recorremos las calles de Milán, espiamos intrigas palaciegas de la curia de la época, al mando del polémico papa Alejandro VI, el Santo Grial, María Magdalena, pero aquel que haya leído El código Da Vinci, en esta novela no va encontrar algo más novedoso.
En cuanto a El profesor sí, es letal. Psicológicamente hablando, sobre un tema mitad mito, mitad realidad; tal vez entre esos dos opuestos es que se genera la incomodidad y el suspenso que hacen que el lector que guste de este tipo de tramas no pueda dejar de sentirse poseído por esta novela.
Lecturas rápidas y efectivas. Lecturas de verano (aunque las leí en primavera), lecturas "pochocleras". Lectores avezados y eruditos, abstenerse.
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