Tres policiales argentinos, tres.
Hace unas semanas había quedado enamorada de Pablo De Santis y sus novelas policiales. De las tres que había comprado solo me quedaba leer Crímenes y jardines. Al igual que con su predecesora, El enigma de París y que su última novela, La hija del criptógrafo, una vez más la habilidad del escritor argentino para mantenernos en vilo a cada página es inigualable. Mezcla del policial de misterio al estilo Sherlock o Hércules Poirot, con buenas dosis de mitología (que siempre es tan amiga de los secretos) y también de historia y costumbres argentinas, logra ubicarnos en el Buenos Aires de fin de siglo XIX para atraparnos a cada momento. Recomiendo mucho su lectura, en el orden correspondiente.
Pese a que tengo la manía y la constancia (cada vez más inconstante) de cambiar de género, seguí con la lectura de Los que aman, odian, la única novela que escribieron juntos Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares. Además, una de las primeras novelas policiales de Argentina. Y, por sobre todas las curiosidades, me gané el libro, junto con dos entradas para la avant premiere de la película homónima, de reciente estreno en el país. Tristemente llegué al libro después de ver la peli, por lo general me gusta hacerlo al revés. La adaptación de la pelicula está bien, pero claramente, el libro es infinitamente superior. Un crimen en un hotel perdido en una playa inhóspita, en medio de una tormenta de viento y arena, en la década del cuarenta, engaños, secretos (siempre los secretos) y la muerte rondando cerca. Un gran misterio de "cuarto cerrado", ideado por dos genios de la literatura argentina, con la exquisitez de Bioy al escribir. De esos libros que hay que leer, sobre todo si gustan de los policiales.
Como ya estaba en tren policial y Los que aman, odian no me tomó más de dos días terminarlo, tomé de mi biblioteca humilde pero rendidora, un librito que tenía desde hace un tiempo: Un crimen argentino, del periodista Reynaldo Sietecase. Como periodista me encanta, es bastante objetivo, cuenta los vericuetos de la política argentina de una manera muy simple y cercana a cualquier oído. Pensé que como narrador de ficción iba a ser similar, pero no me terminó de convencer. No es mala la historia, pero es un poco enroscada, a mi gusto, la manera de narrarla. Se queda a mitad de camino entre la realidad y la ficción. Es una historia muy probable y posible en el marco de la Argentina de la dictadura militar, pero se nos asegura a los lectores que solo pertenece al terreno de la ficción. Si es así, siento que quedó corta, hasta trunca. Esperaba más.
Hola! Muy interesante tus reseñas.
ResponderEliminarGracias por pasar por mi blog, ya te sigo de vuelta desde
http://hydralectora.blogspot.com.co/
Nos leemos :)