Más del Ángel Gris... - Mel
Voy riéndome en el colectivo. La gente debe pensar que estoy loca. Me gustaría prestarles un ratito el libro, para que comapartan conmigo las ¨locuras¨de Dolina. Lo mismo pasaba, cuando volvía de la Facu, en el largo viaje del 111 (Recoleta - San Martín) walkman en los oídos, intentando disimular, debajo de la bufanda, las carcajadas de los disparates que se le ocurrían en la radio.
Las Crónicas del Ángel Gris, es el libro más disparatado que he leído desde Gagrantúa y Pantagruel. Los relatos son mágicos, entrañables -¿quién no jugó a la escondida, a la bolita?- tienen la estructura más lógica posible, pero el contenido es de una gran locura, como siempre que se trata de explicar cuestiones tan básicas como, por ejemplo, los incovenientes de jugar a la escondida con un sólo jugador. El libro está plagado de estas situaciones de lo más graciosas. Y también abundan las románticas -casi mágicas- historias de los Hombres Sensibles de Flores, los incansables argumentos lógicos de los Refutadores de Leyendas, las inagotables idas y vueltas que cualquiera puede tener al beber el Vino del Recuerdo o el Licor del Olvido....
Por suerte, voy degustando poco a poco este libro. Moviéndome por diferentes sensaciones. Por momentos siento que estoy leyendo un cuento olvidado por Sherezade en Las Mil y una Noches. De ese mundo de ensueño a pocas cuadras de casa, salto a la risa espontánea, como si fuera aún una nena. En fin, demás está decir que recomiendo este libro para leer en cuaqluier momento del año, en cualquier circunstancia de la vida.
Las Crónicas del Ángel Gris, es el libro más disparatado que he leído desde Gagrantúa y Pantagruel. Los relatos son mágicos, entrañables -¿quién no jugó a la escondida, a la bolita?- tienen la estructura más lógica posible, pero el contenido es de una gran locura, como siempre que se trata de explicar cuestiones tan básicas como, por ejemplo, los incovenientes de jugar a la escondida con un sólo jugador. El libro está plagado de estas situaciones de lo más graciosas. Y también abundan las románticas -casi mágicas- historias de los Hombres Sensibles de Flores, los incansables argumentos lógicos de los Refutadores de Leyendas, las inagotables idas y vueltas que cualquiera puede tener al beber el Vino del Recuerdo o el Licor del Olvido....
Por suerte, voy degustando poco a poco este libro. Moviéndome por diferentes sensaciones. Por momentos siento que estoy leyendo un cuento olvidado por Sherezade en Las Mil y una Noches. De ese mundo de ensueño a pocas cuadras de casa, salto a la risa espontánea, como si fuera aún una nena. En fin, demás está decir que recomiendo este libro para leer en cuaqluier momento del año, en cualquier circunstancia de la vida.
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