La ceguera blanca que ensaya Saramago - Mel

Estoy leyendo -con poca constancia por diferentes circunstancias- Ensayo sobre la ceguera, de Saramago. Es difícil hacer una lectura sostenida, no sólo por los chicos -que son chicos y me reclaman- sino porque a cada párrafo, a cada palabra, me estremezco, me da "piel de gallina", por las tremendas caracterísiticas de este ensayo.
Empezar el relato leyendo que un tipo está esperando que abra el semáforo y de repente se queda ciego, ya es espeluznante. Una ceguera que no deja en las sombras, una ceguera blanca, tampoco es lo esperado. Luego, cada persona se va contangiando, de nada, así porque sí.  Pero con el correr de las páginas, ver que los personajes no sólo se sumergen en una ceguera física, sino  también moral, es arrollador. Una sola persona puede ver, aún no sabemos porqué. Una mujer -como siempre una mujer- esposa, nada menos, que de un oftalmólogo.
Ando por la mitad del libro. Todavía estoy pensando el por qué de la ceguera blanca. Probablemente haya sido un capricho del autor, pero sé que debe haber algo más. Con la ceguera blanca es difícil descansar la vista, no es oscura, es como una ceguera con algo de luz. El blanco es luz. Blanco como la leche, como una hoja de papel blanco....Los ciegos no quedan en sombras. Esa luz ciega a la conciencia, la moral. Y al estar, entonces, la conciencia cegada, es que afloran las peores caracteristicas de los seres humanos. Por un lado el miedo al inevitable contagio. Por otro, las condiciones infrahumanas en la que los ciegos son encerrados. Por otro lado más, el "sálvese quien pueda" y como pueda, sin importar qué pasa con el otro que está en las mismas tremendas condiciones.
Falta todavía mucha lectura por recorrer. Iré viendo qué sucede, sino es que antes me contagio de "la ceguera blanca" de los ciegos que leo.

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